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Economía

Contenido de la sección

Economía de Venecia

En esta sección, usted podrá conocer más acerca del motor económico de Venecia: el café, la caña de azúcar, la ganadería y el boyeo.

Café

El café llega a Venecia a finales de la década de 1940. En sus inicios, el cultivo era suficiente para el consumo de la familia, de manera que se procesaba artesanalmente secándolo al sol con zarandas y dándole golpes sucesivos para despojarlo de su cáscara; el trabajo era arduo, pero el resultado exquisito. Posteriormente, a inicios de los años cincuenta, la producción aumentó y el café se entregaba en sacos a un recibidor ubicado en Aguas Zarcas. En 1957, el transporte comprendió el lado oeste del río Los Negritos, hasta la llegada de la carretera de lastre a Venecia. El comercio del café veneciano tuvo su auge en la década de 1970, período en el que se estima que la producción alcanzó hasta las 60.000 fanegas por año. Los terrenos aprovechados para estos cultivos se ubicaron en las tierras de mayor altitud de la zona, principalmente en territorios hacia el sur de la carretera principal. 

En 1970 se fundó COOPESANCARLOS, entidad que instaló,  entre otras cosas, un beneficio de café en San Juan (Quebrada del Palo). Esta cooperativa organizó la recolección de los granos en todas las zonas productoras de café del cantón y proporcionó ayuda financiera a los pequeños productores para la compra de parcelas, herramientas e insumos de producción. No obstante, tanto los bajos precios internacionales como las variaciones climáticas desembocaron en grandes pérdidas de la flor del café: la cosecha disminuyó al punto de que ya para 1990 la producción del cultivo en la zona norte había prácticamente desaparecido.

Cultivo de café

Caña de azúcar

La caña de azúcar se posicionó como un bien de consumo fundamental dentro de la cotidianidad veneciana desde los albores de su historia. Es así como en 1919 José María Vargas Arias, vecino de la comunidad, instaló un trapiche manejado por una yunta de bueyes; este extraía el jugo de la caña para posteriormente producir el dulce en tapa o en panela. Gracias a esto, los venecianos podían disfrutar de una bebida a la que se le otorgaba mucha importancia en la época: el agua dulce. La panela se aprovechaba en diversos platillos como el arroz con leche y los prestiños y en la preparación del guaro chirrite, bebida muy popular entre los pobladores. Más adelante, la extracción del producto se agilizó gracias a que, en 1924, se introdujo el primer trapiche manejado con agua, propiedad de los señores Hidalgo y Rodríguez. A partir de 1930, se instalaron nuevos trapiches movidos con energía hidráulica. Uno de los tantos propietarios fue Emilio Vargas Salas.

Si bien el dulce constituía una bebida cotidiana, la caña de azúcar se cultivaba en las zonas altas y esto exigía el trabajo de boyeros y bueyes para acarrear el cultivo hasta los trapiches. Aunado a esto, los boyeros también transportaban los productos terminados, como es el caso de la panela, a los puntos de venta. En las décadas posteriores a 1920, se instalaron en Venecia hasta 18 trapiches, los cuales fueron desapareciendo paulatinamente, hasta que después de 1970 desaparecieron por completo. Los trapiches se construyeron en diferentes momentos y durante seis décadas: 18 trapiches en total, de los cuales 15 eran hidráulicos y 3 de bueyes.  Estos se ubicaron en sitios variados como el centro de Venecia , Los Alpes, Pueblo Viejo, Los Negritos, San Cayetano, La Unión, Marsella, Barrio San Martín, etc. En suma, la caña de azúcar se posicionó como un elemento intrínseco de la economía familiar y como un producto que suplía múltiples necesidades como la construcción de casas antiguas, antes de que los techos fuesen elaborados con madera. 

Moldes de tapa dulce

Ganadería

En 1958, inician los primeros pasos en la recolección de leche para la Cooperativa Dos Pinos. Don Antonio Arroyo la transportaba desde Venecia hasta Barrio Lujan. Si bien gran parte del terreno se dedicaba a la siembra de distintos cultivos, algunas fincas dedicaban su espacio principalmente a la ganadería lechera o de engorde y a la producción de queso.

Los ganaderos tomaban en cuenta el mejoramiento de las razas de ganado que había en sus fincas, por medio de la calidad de la alimentación. Esta actividad se dio hasta que, en la década de 1960, el café se convirtió en otra fuente importante de ingreso en Venecia. La producción de café comenzó a disminuir en la década de 1980 y ya para 1990 desapareció por completo, motivo por el que la ganadería lechera y de engorde y la producción de queso vuelve a tomar fuerza como actividad económica.  

Ganadería lechera y de engorde

Boyeo

No existe en la actualidad un comparativo que dé fe de la importancia que tuvieron los boyeros en la formación de la sociedad actual. El «boyeo», «bueyeo» u oficio de arriero se originó durante el periodo colonial, pues el oficio, el conocimiento, la carreta y los animales de carga fueron heredados del Viejo Mundo. Ahora bien, las condiciones tropicales, la geografía, la disponibilidad maderera, las necesidades propias del contexto y, sobre todo, la cultura hicieron de esta tradición una práctica diferenciada y reinterpretada en Costa Rica.

El oficio se complejizó desde sus orígenes rudimentarios y se ha apoyado en bienes materiales. Además de los aperos, los boyeros utilizan fajas, mecates, chuzos, barzones, frenteras, machetes, perillas o botones y también yugos con motivos utilitarios y estéticos. Estos accesorios cambian con el tiempo y se engalanan más aun para ocasiones especiales.

Tradicional desfile de boyeros

Entre la rueda y el sombrero existe mucho conocimiento por preservar y heredar a las generaciones futuras. Esta y otras razones motivaron a que el 25 de noviembre de 2005 la UNESCO proclamara la tradición del boyeo y de la carreta de Costa Rica como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Esto significa que el boyeo como conjunto cultural engloba prácticas, usos, conocimientos, técnicas, simbolismos y valores transmitidos oralmente que tienen un valor histórico-cultural digno de ser rescatado en el nivel nacional e internacional.  

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