1900 – 1940
1940 -1980
1980 – 2000
2000






Anhelo de la paz
Anhelo del retorno a la tradición
Anhelo del matrimonio
Anhelo del trabajo
Anhelo de la propiedad
Anhelo de ganarse la vida
1900 – 1940
1940 -1980
1980 – 2000
2000
Trabajo
Como parte fundamental del discurso independentista que respondía al sentido del origen común criollo y de la necesidad de conformar un sujeto nacional, el «labriego sencillo» se convirtió en una imagen inmutable del campesino humilde y trabajador costarricense. Dicho personaje era ciertamente común en la Costa Rica del siglo XIX que anteponía la existencia de la máquina y la industria en las faenas propias de la labor agrícola. Más que una acción, el trabajo se vuelve un valor honorable de aquel que maneja y se enfrenta a la naturaleza tropical. Alrededor del sujeto nacional y su construcción cultural, destacan las referencias a la ganadería, a la agricultura, al boyeo y a las actividades del hogar.
Religiosidad
Las creencias religiosas han permeado a la humanidad a lo largo de los siglos y en nuestro país no ha sido la excepción: gran parte de la población se considera creyente. En estos 200 años de independencia, la religión ha estado presente en todo momento, hasta formar parte esencial de la identidad costarricense. La Virgencita como la patrona de todos y el “gracias a Dios” después de cada buena noticia como una frase casi imprescindible hacen de Costa Rica un país devoto en el que sus habitantes agradecen a Dios el hecho de vivir en un país libre.
Naturaleza
A lo largo de los 200 años de independencia y de la búsqueda de una identidad nacional, la naturaleza ha adquirido un papel fundamental: constituye el imaginario de lo que es Costa Rica hoy en día a los ojos del mundo como paraíso natural. La naturaleza se relaciona también con la agricultura, la producción del café y la tradición del boyeo. Estas actividades y elementos culturales representan, en conjunto, la imagen identitaria del costarricense.
Miedos y luchas
200 años de independencia no vienen solos: a lo largo de la historia del Estado costarricense, los productos culturales representan historias, desafíos, éxitos y tragedias. La vida de las comunidades campesinas no es aquella visión idílica de la Costa Rica de antaño, sino un camino que conjuga luchas, tragedias, logros y amores. De igual forma, la Costa Rica contemporánea está llena de matices, miedos y luchas que la música y la cultura reseñan.