Somos una organización sin fines de lucro, de base comunal, creada para salvaguardar nuestro patrimonio como boyeros y boyeras. Se trata de una cultura, de una forma de vida ligada a la tierra, definida por la relación entre el boyero (persona que guía la yunta), los bueyes y la carreta. Pero es mucho más que solo eso: entre cada una de sus partes nacen costumbres, palabras, usos y labores propias del campo, además de fuertes lazos que nos definen. Las personas que fueron y son parte de esta cultura ayudaron a construir el país, arando la tierra, abriendo caminos, transportando los productos de la tierra y muchas otras labores más.
Nuestro esfuerzo como comunidad comenzó en 1959, cuando se fundó en Venecia de San Carlos un comité de boyeros para ayudar en la construcción de la iglesia de la comunidad, que había comenzado en 1946 y que actualmente constituye un Patrimonio Arquitectónico de Costa Rica.
La participación de los boyeros fue clave para trasladar los materiales, acarrear y labrar la madera, picar la piedra y montar las piezas de la edificación, para lo cual se tuvieron que construir puentes y abrir caminos nuevos. Esta organización permitió el surgimiento del Desfile de Bueyes todos los 2 de febrero, en honor a la Virgen de la Candelaria. Con el tiempo, esta tradición se mantuvo rescatando otras actividades importantes como el Sesteo y el Convite (esta última es una actividad única en el país). Hoy, el desfile de boyeros de Venecia es uno de los más antiguos de Costa Rica, pues tiene cerca de 70 años de realizarse.